DEBEMOS VOTAR, Y VOTAR SOCIALISTA, CON CONVICCIÓN. LA HISTORIA NOS APOYA Y NOS AVALA.

 

Somos Europa y siempre lo hemos sido. Esta afirmación hay que verla y analizarla en perspectiva histórica. Somos Europa y siempre lo hemos sido.

Veámonos en perspectiva histórica. Busquemos una referencia contundente: Atapuerca. Allí, dicho en cronología aproximada, ya estábamos hace un millón de años. En las tierras que luego serían la Castilla de siempre. No me preocupan las divisiones y subdivisiones convencionales de los tiempos históricos. Tampoco los modelos de organización territorial, los tiempos pasan y los modelos cambian. Qué más da, son irrelevantes. Allí, en Atapuerca, ya había seres humanos y de allí ya descendemos y continuaremos siendo.

Teatro romano de Mérida

¡Qué decir de las épocas romana y musulmana?. Sin lugar a dudas, de lo más grande que se hizo en un milenio largo en tierras de lo que hoy denominamos Unión Europea aconteció en el suroeste de nuestro continente.

¿Qué fue Tartesos?. ¿Qué decir de las magníficas colonias fenicias y griegas en nuestro levante?. ¿Y de los valles del Guadalquivir y del Ebro?. Mencionemos la Zaragoza romana, la Córdoba musulmana, la Toledo de las tres religiones y tres culturas, los grandes hitos del Camino de Santiago y de la propia Santiago de Compostela,… De estas partieron el Emperador Adriano, modelo de grandes líderes, Séneca, San Isidoro de Sevilla, los gloriosos Abderramanes, los sublimes maestros de la piedra Románica y Gótica, los maestros del agua, del vidrio y de la cerámica,…

Fernando el Católico

Y cruzamos el Atlántico, y más allá, y tuvimos una decisiva presencia en la Europa Occidental y Central. Y en el Pacífico. Y la Corona de Aragón se extendió por el Mediterráneo. Fernando el Católico fue el gran estadista, el gran político, un gran europeísta. No me olvido de la Reina Isabel. Ni del nieto de los dos, Carlos I. Ni de los Duques de Alba, ni de los Tercios, ni de la Marina, ni del oro ni de la plata. Y en ese gran Siglo de Oro de Cervantes, de la Picaresca, de Lope de Vega, de Calderón, de Quevedo, de Velázquez,…

Hicimos y deshicimos. Hemos contribuido poderosamente a hacer la historia Eurocéntrica, con todos sus aciertos y todos sus errores. No somos ni mejores ni peores que otros. Lo mejor es corregir, como se dice tópicamente, hay que aprender de la historia para no volver a cometer los mismos errores.

Cortes de Cádiz, Constitución 1812

Cometimos errores importantes, dentro y fuera, y los pagamos. Los pagamos muy caros. No pudimos ni supimos sumarnos a los grandes procesos de transformación de los siglos XVIII y XIX. Frente a la influencia de la Restauración y de las Revoluciones burguesas del momento, se impusieron las tendencias más conservadoras y negacionistas. Mientras las grandes potencias europeas construían los nuevos sinos modernos, nosotros caíamos en una larga fase de retroceso y decadencia, salpicada constantemente por distintos intentos de construir una nueva España.

El tiempo de las revoluciones de finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX tuvieron como consecuencia profunda la generación de las dos Españas. España se dividió en todo: La que necesitaba y quería el progreso, la democracia y la libertad, y la España que miraba atrás, a las monarquías absolutas, a los modelos socioeconómicos feudales, a las estructuras rurales caciquiles y a la iglesia católica ferviertemente aliada con las oligarquías tradicionales.

El gran común denominador de los siglos XIX y XX fue el exilio como arma de gran calado social y político, en las últimas décadas, económico. Para la España amante de la libertad, del progreso, de la ciencia, de la igualdad social,… poco a poco, y sobre todo durante la dictadura del General Franco, el gran objetivo  colectivo a conseguir fue la Europa democrática. Europa era símbolo de libertad. Queríamos ser Europa. Hasta ese extremo de contradicción nos habían hecho llegar. Los descendientes de Atapuerca, Adriano, Fernando el Católico, Cervantes, Carlos III,  Goya, Ramón y Cajal, Buñuel, Juan Carlos I, Felipe González,… queríamos ser Europa, cuando todos habíamos estado sumando para hacer lo que hoy de verdad somos.

Zaragoza. Junio 2009. Marcelino Iglesias y Felipe González

La mejor forma para no volver a  cometerlos es luchar para que todos juntos, y hablo de los países de la actual Unión Europea, y de los que puedan formar parte de la misma en el futuro, trabajemos por construir una Europa verdaderamente unida en lo fundamental, rechazando con convicción los planteamientos erróneos del pasado. Debemos trabajar por una Europa capaz de defender sus planteamientos e intereses, fundamentados en los grandes valores históricos que nos caracterizan, y contribuyendo activamente a que las demás partes del mundo, las demás regiones geoestratégicas, resuelvan sus problemas y sus deficiencias.

Programa Erasmus

Somos Europa, lo somos desde siempre. Hemos pasado por todo tipo de épocas. Hemos sido potencia hegemónica en el mundo durante siglos, caímos en decadencia y en el olvido en parte de los siglos XIX y XX. Hoy volvemos a ser una potencia respetada. Somos uno de los países más desarrollados del mundo. Desde hace años nuestros jóvenes deportistas triunfan en el mundo. Nuestros universitarios estudian en las principales Universidades europeas. Nuestras gentes del mundo de la creación destacan en los foros internacionales… Somos uno de los países más desarrollados del mundo. En el primer semestre del próximo año 2010 vamos a ejercer la presidencia de la Unión Europea…

Por todo ello tenemos que cumplir con nuestra obligación, que es la de ir a votar el próximo día 7 de junio. Vamos a votar por lo nuestro. Somos europeos y europeístas, y como tal nos debe preocupar seguir construyendo Europa, en positivo, no con los egoísmos de antaño. Debemos hacer una Europa más unida, más cohesionada, más solidaria,… Debemos votar, y votar SOCIALISTA, con convicción. La historia nos apoya y nos avala.