LA VIDA POR DELANTE DE ROMAIN GARY, INTERPRETADA POR CONCHA VELASCO.

 

Hay una cola descomunal a las puertas del Goya barcelonés… para ver a Concha Velasco en La vida por delante, de Romain Gary (Èmile Ajar). El espectáculo nace con vocación de traje a la medida para la actriz…

…El plano inicial y la secuencia precréditos, por así decirlo, definen muy bien sus dos vectores: la sombra de Madame Rosa, la vieja prostituta, se recorta en el quicio de su buhardilla…

Concha Velasco en La Vida por Delante, de Romain Gary.

Concha Velasco en La Vida por Delante, de Romain Gary.

… mientras suena la voz de la Piaf cantando Hymne a l’amour, hasta que la luz súbitamente neorrealista revela los cabellos blancos, el cuerpo encorvado, la ropa de saldo. Se arranca el abrigo, cae en el sillón, se despatarra, se queja, se sube las medias caídas, se rasca los tobillos.

Aparece Momo (Rubén de Eguia), el muchacho árabe que Madame Rosa recogió diez años atrás…

… Durante un buen rato me cuesta horrores entrar en la propuesta… La Madame Rose de Concha Velasco [presenta] grandes desajustes y grandes aciertos. Los desajustes se concentran en la primera parte, marcados por un exceso de composición…

… La Velasco comunica a chorros, eso es evidente, siempre lo ha sido. Rebosa y expande vida por partida doble: la vida «por delante» a la que alude el título y, para decirlo a la manera de Fernán-Gómez, la «vida alrededor», como un halo, de su personalidad artística y humana, hecha de sabiduría escénica y de una arrolladora simpatía, lo que explica (y disculpa) que se salga de su rol y lo rompa por las costuras…

… En esa disyuntiva parece moverse la dirección de [José María] Pou, que ha de combinar un planteamiento intimista, muy cuidado, con embestidas «temperamentales»  que requerirían una intensidad más contenida…

… El mayor problema es que la función padece una alarmante falta de conflicto y no despega hasta la mitad, con la violenta irrupción de Youssef (José Luis Fernández), el padre asesino y esquizoide de Momo. Ahí tiene la Velasco auténtica carne que morder y la muerde a bocados, jugando a fondo con el peligro de la visita y sirviendo una respuesta picaresca…

… La segunda parte (es un modo de hablar, porque no hay intermedio) está marcada, al fin, por el afianzamiento de su hermoso asunto central: la historia de amor… entre Momo y Madame Rosa, ella despeñándose hacia el trastorno mental y la muerte, él hacia la decisión más bestia de su vida.

Concha Velasco cambia aquí de registro y prescinde de maquillaje, en sentido literal y metafórico: a cara descubierta, su interpretación se sosiega y el tono es más emotivo, sabiamente pautado por violines klezmer y canciones (J’attendrai, Que reste-t-il de nos amours?) que condensan y pintan el color de la acción.

… Los actores no se limitan a arropar a la estrella. José Luis Fernández inyecta energía al personaje de Youssef en su breve pero importante intervención.

Rubén de Eguia y Concha Velasco

Rubén de Eguia y Concha Velasco

El veteranísimo Carles Canut está impecable como el bondadoso doctor Katz.

Rubén de Eguia, nuevo en esta plaza  roza aquí la categoría de revelación. Aguanta con bemoles el envite de una dama de órdago, desvela muy bien las sucesivas capas y entreveros de Momo y está estupendo en el tercio final, cuando asoma su lado de poeta adolescente, apasionado y casi maldito.

En el último descenso al sótano confluyen los dos ríos principales del texto: el afluente remansado, tierno y soñador, y el agua oscura, subterránea y tumultuosa que comienza a crecer tras la llegada de Youssef, anudando el vínculo de la pareja con una hondura creciente y conmovedora…

EL PÚBLICO APLAUDE, puesto en pie. Con todos sus peros, La vida por delante va a ser, está siendo, un éxito de campeonato.

 

La vida por delante, de Romain Gary (Èmile Ajar). Adaptacion de Xavier Jalliard. Traducción de Josep María Vidal. Dirección: José María Pou. Teatro Goya. Barcelona.

[CITA. El presente texto es el resultado de una importante síntesis literal del original. De «La vida alrededor de Concha Velasco», por Marcos Ordóñez. EL PAÍS. BABELIA. 18.04.09].

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